sábado, 9 de marzo de 2013

La autoestima, el paraguas y las botas



Lleva dos días lloviendo. Además hace un viento de esos que ni respetan tu habitual despeinado. Transitas por una calle estrecha y en un instante, en ese instante, te das cuenta que te estás mojando entera. Tus botas están rotas, tu paraguas (ese que te regalaron cuando compraste el bolso de 20€ y cuya masiva producción es proporcional a su mala calidad) se acaba dando la vuelta dejándote desnuda bajo el temporal.

Entonces, te reprochas que deberías de haber comprado unas botas nuevas y un  paraguas a prueba de ventarrones al principio del otoño.

Y al final, te paras a pensar , que en la vida, la calidad de tu autoestima se asemeja a la de tu paraguas. Que lo importante es tener un paraguas fuerte, que no se volteé a la primera de cambio y que si se voltea, sea fácil y rápido de enderezar, que no  te deje desnuda ante un pequeño temporal. 

También aprendes que para saltar un charco, no puedes utilizar unas botas cualquieras, necesitas unas de agua. 

1 comentario:

  1. Nunca se me habría ocurrido comparar un paraguas con la autoestima, pero es cierto. Ambos te protegen del mal tiempo. Espero que pronto salga el Sol.

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